Rosita y Hector
Mi historia con Héctor comenzó en el 2015. Nos conocimos en el trabajo y pronto nos comenzamos a llevar bien.
En el 2016 comenzamos a salir y a los pocos meses nos hicimos novios.
Héctor ha vivido en diferentes ciudades y países, mientras que yo siempre he vivido en la misma ciudad.
A pesar de esto los dos somos muy similares y centrados en la familia, esto nos unió muchísimo y la verdad, desde el principio supimos que teníamos algo especial.
En el 2021 y después de 5 años de relación me propuso matrimonio y yo no cabía de la emoción, había encontrado al amor de mi vida y no podía esperar para comenzar nuestra vida juntos…pero 7 semanas después de la propuesta y con muchas ideas para planear una boda increíble me diagnosticaron Cáncer de mama en etapa 3. Esto fue un shock para todos en mi familia porque no había antecedentes y yo solo tenía 28 años.
En ese entonces, yo no tenía la costumbre de hacerme revisiones anuales, pero estaba en un tratamiento dermatológico y mi doctora me sugirió que me revisara un ginecólogo para ver si el problema que tenía del acné era hormonal.
Me hice los estudios y fui con la ginecóloga. No tenía un problema hormonal, pero le pedí a mi doctora que me hiciera una exploración mamaria, pues ya llevaba un tiempo sintiendo endurecimiento en el pecho, justo por encima del seno izquierdo. Mi doctora me solicitó una ecografía de mama con una radióloga para revisar a profundidad. Después, de los resultados pidió que me realizara una mamografía. Fue entonces cuando recibí el diagnóstico bi-rads 5 que se confirmó después de una biopsia.
Yo no tenía idea lo que me esperaba, en cambio Héctor sí sabía, su mamá tuvo leucemia cuando él tenía solo 8 años y sabía que el proceso sería largo y agotador, por eso antes de comenzar cualquier tratamiento y en medio de los estudios me dijo que nos casáramos ya.
Teníamos solo un mes de comprometidos y mi sueño siempre había sido una boda grande llena de alegría, pero yo tenía enfrente al amor de mi vida dispuesto iniciar esa lucha juntos. Así que, en medio de una pandemia y al inicio de un largo camino, por supuesto que acepté.
Nos casamos a las dos semanas por el civil en una pequeña ceremonia con nuestros papas, hermanos y padrinos. Fue perfecto: todo lo que necesitaba estaba ahí para celebrar el amor como se debe.
Después, comencé el tratamiento de quimioterapia e inmunoterapia, Héctor estaba a mi lado, igual que mis papás, en cada consulta, estudio y sesión de terapia. Ellos eran mi soporte y mi empuje para salir adelante.
A los 6 meses del diagnóstico tuve mi cirugía de mastectomía donde el resultado fue: respuesta patológica completa. Ya no tenía cáncer, pero debía seguir con mi tratamiento.
Ese año viví muchas emociones, pero el saber que Héctor estaba a mi lado en cada paso me daba paz, tranquilidad y fuerza para seguir adelante, así que después de la cirugía nos enfocamos en planear la boda religiosa y celebrar cada cosa buena que nos había pasado. Finalmente tuvimos la boda de nuestros sueños.
Hoy después de dos años de casados por el civil y un año de nuestra boda religiosa, soy sobreviviente de cáncer de mama y reconozco la fragilidad de la vida, solo puedo agradecer a Héctor por estar, por quedarse y tomarme de la mano en mi proceso para sanar. Por caminar junto a mí en cada paso de la vida, ¡te amo para siempre!
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