Cierre plano estético: la decisión, el camino, mi historia con BRCA1
Itzel Solís es una mujer que nos abrió su corazón para compartir su experiencia tras enterarse de que contaba con el gen BRCA1.
Itzel nos comparte de manera honesta y directa sus pensamientos y sentimientos. Sin duda, conocer la historia de Itzel abre nuestra perspectiva sobre el cierre plano estético y trae nuevamente a la conversación el concepto de “prevención”.
Hoy nos sentimos muy orgullosas y emocionadas de poder compartir con ustedes esta valiosa historia de Itzel Solís.
¿Quieres saber más sobre Itzel? Sigue leyendo y síguela en Instagram como @yonosoypix.
El 11 de noviembre de 2023 me realicé la mastectomía bilateral profiláctica a causa del gen BRCA1, una mutación genética que me hacía tener el 85% de probabilidades de sufrir cáncer de mama.
Ha sido un largo camino desde que me enteré que era portadora del gen en el 2018, el mismo año en el que mi madre falleció a raíz de cáncer en el cerebro después de sufrir tiempo atrás, cáncer de ovario. Fue un duro año en el que tuve que lidiar con la probabilidad de padecer cáncer mientras intentaba aceptar el duelo y la pérdida de mi madre. Cuando me enteré que tenía el BRCA1 acudí con una genetista que me explicó detalladamente qué significaba ser portadora del gen, cuáles eran las probabilidades de padecer cáncer (específicamente cáncer de mama) y cuáles eran mis dos opciones: la primera opción era realizarme chequeos anuales y semestrales para monitorear cualquier tipo de anomalía; la segunda (que me parecía la más absurda), era quitarme los senos, esto como mera prevención. Por supuesto que la sola idea de elegir esa opción me daba repulsión… ¿Por qué querría alguien mutilar su cuerpo?
Tómate el tiempo que sea necesario, no hay prisa… no tienes que decidirlo ahora y nadie puede decidirlo por ti.
Y me tomé mi tiempo… Fui a terapia y elegí la primera opción por unos años.
La travesía que me llevó hasta la operación, estuvo llena de negación, de miedo, de evasión. Cada año me realizaba los análisis médicos como me lo recomendó la genetista para descartar algún tipo de riesgo. Fue desgastante realizarme las resonancias... Odiaba con toda mi alma ese momento en el que me metían en la máquina de las Resonancias Magnéticas boca abajo y comenzaba la tortura auditiva. Ahí estábamos mis miedos, la ansiedad y los recuerdos de todo lo que sufrió mi madre durante su enfermedad.
Siempre digo que fue eso lo que realmente me hizo dar el paso para realizarme la cirugía; pero no solo fue eso, también fue la terapia, mi familia y su apoyo incondicional. Fueron 5 años de ser paciente conmigo y con mis decisiones, porque cada una de ellas, me llevó a actuar y finalmente optar por la mastectomía profiláctica. Sí, decidí quitarme los senos para reducir el riesgo.
Hice mucha investigación… busqué sin éxito aseguradoras que cubrieran la prevención, consulté a un par de médicos en el extranjero y me di cuenta de que esa opción era impagable.
Coticé y consulté a cuatro cirujanas oncológicas, una de ellas intentó disuadirme de elegir el cierre plano estético para optar por reconstrucción con implantes, incluso me envió con un cirujano plástico… una recomendación que el mismo cirujano plástico consideró innecesaria. Finalmente encontré el valor, junté los recursos económicos y a la cirujana que me hizo sentir confianza en que tenía la capacidad y la experiencia para brindarme los resultados que deseaba– (AFC).
Recuerdo que hace un año, justo días antes de la cirugía, me estaba muriendo de miedo. Tenía miedo de lo desconocido, de mutilar mi cuerpo, de extrañar mis senos, de las cicatrices... de la decisión de elegir el cierre plano estético en vez de la reconstrucción. Hice un viaje de despedida, una sesión de fotos, una carta, una maceta, una cena, un sello con mis senos… les dije adiós. Los dejé ir.
La cirugía fue todo un éxito, fue muy alentador ver la sala llena de mujeres. Estaban las Enfermeras, la Anestesióloga, la Cirujana, las Residentes. Era como si un poder femenino me abrazara y me diera fuerza asegurando que ese era el camino correcto. Desperté inmediatamente después de que la cirugía terminó. Estaba feliz. Había atravesado hacia el lado de “el cierre plano estético” (Aesthetic Flat Closure). La estancia en el hospital fue breve y mi esposa, mi hermana y mis amigos me acompañaron en ese momento tan retador y complicado.
En realidad no fue la cirugía lo más difícil, sino la recuperación… las siguientes seis semanas fueron dolorosas. Los drenajes eran unos tubos que estaban adheridos a mi piel con hilo y se jalaban cada vez que me movía; cuando me los retiraron, sentí como si me arrancaran el pecho del cuerpo. También sufrí neuropatías, lo que se traduce en que no soportaba el más mínimo roce con la piel. Utilicé un chaleco compresor que me aliviaba por unas horas y después me atormentaba. Me lo ponía, me lo quitaba… me lo volvía a poner. A veces dudaba si algún día podría dejar de usarlo y dejar esa incomodidad atrás.
Al mes de la operación, decidí ir a terapia física. Me arrepiento de no haberlo hecho antes porque me ayudó muchísimo. Poco a poco fui regresando a la normalidad, a ser yo y dejar atrás esa amarga época de sentirme débil y achacosa. Esas 10 sesiones de terapia física, no solo me hicieron fortalecerme físicamente sino también fue un excelente ejercicio de amor propio que me ayudó a sanar.
Llevo 11 meses orgullosa de haber elegido el cierre plano estético (Aesthetic Flat Closure). Nunca me ha importado si el resto de las personas se preguntan por qué “estoy plana” o si siquiera lo notan. Es un gran alivio no tener que usar brassiere nunca más y es bastante conveniente no tener que estar preocupada si se “me notan los pezones” o no. La paz que me ha traído esta decisión para reducir el riesgo es mucho mayor que el probable juicio del resto de las personas.
Es la primera vez que escribo acerca de ese tema. Lo hago porque creo que es importante darle más visibilidad a la prevención. Octubre es el mes de la concientización y sensibilización sobre el cáncer de mama y cada año el tic tac de la bomba de tiempo me atormentaba. Este es el primer octubre que me siento tranquila y agradecida con mi decisión. Espero que mi experiencia llegue a más mujeres en la misma situación que yo y puedan sentir un poco de paz en este camino de la prevención.
Es cierto que mi caso ha estado lleno de situaciones excepcionales, sobre todo porque tuve la oportunidad de realizarme el estudio genético y pude ser consciente de mi condición. También es cierto que tuve la posibilidad económica para solventar una cirugía privada, es por eso que creo necesaria la visibilidad del tema para que sea accesible a más mujeres y se haga posible la prevención y sobre todo, la acción oportuna.
Si quieren saber más acerca del tema, les recomiendo esta página que fue una brújula en mi travesía.
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