Keep A Breast Foundation

View Original

Blog de Superviviente: Sandra Monroy

Sandra Monroy siempre encuentra un rayo de luz en los momentos que parecen más oscuros y nos contagia su risa. Ella supo que tenía cáncer en uno de sus chequeos anuales, a partir de entonces decidió crear una poderosa red de acompañamiento llamada Jódete Cáncer.

Siempre es una gran fortuna escuchar, leer y ver todo lo que Sandra comparte, y esta vez no es la excepción. Incluso nos contó algunos detalles que nadie más conocía.

¡Si quieres saber más sobre Sandra, sigue leyendo!

Si fueras una animal, ¿cuál serías? 
Sería una zorra, por audaz y rápida. Las zorras son animales que ante la adversidad encuentran caminos alternos a los que conocían, son animales resolutivos e independientes. Me identifico con ellos porque en mi vida ante los “NO” he creado soluciones y caminos tanto para mí como para los demás.

¿Cuándo te diagnosticaron y qué edad tenías? 
Me diagnosticaron el 5 de mayo de 2021 a las 5 de la tarde, cuando tenía 36 años de edad.

¿Cómo descubriste que tenías cáncer de mama? 
Lo descubrieron los doctores en un chequeo anual que me hacía desde los 24 años por una bolita de grasa en el seno derecho, y justo en el seno sano, el izquierdo, apareció. Era impalpable, así que sólo con el ultrasonido fue que lo encontraron en etapa I.

¿Quién fue la primera persona a la que le contaste sobre tu enfermedad?
Mi hermana de vida me acompañó a cada estudio y consulta. Recuerdo que el día que me dijeron que era cáncer, salí corriendo a abrazarla. Ella me contuvo en todo momento y eso jamás lo olvidaré. Ese mismo día al llegar a casa le dije a mi madre. Ambas lloramos mucho, nos abrazamos, respiramos profundo, y mi madre me dijo: “tú no morirás, de eso me aseguro yo”. Como acto de magia cargamos de nuevo nuestros cartuchos de fe. Mis amigas, leales, solidarias desde antes del cáncer, sororas y amorosas, hicieron todo lo que pudieron para fortalecerme física y económicamente: me dieron paz en los momentos más caóticos.

Cuéntanos algo sobre ti que probablemente la gente no sepa. 
Que me encantaría hacer stand up porque desde niña me han pasado cosas de las que valdría la pena reírse. Con los años ya tengo buen material. Empezaría el show preguntando: “¿Ahora en dónde me guardo el monedero?”, y terminaría diciendo: “¡mira, la deschichada está triunfando, mami!”.

Después de terminar tu tratamiento, ¿a qué buscas dedicarle más tiempo?
He retomado mi vida lo más pronto que he podido, gracias a que mi tratamiento es sólo una pastilla diaria por cinco años llamada Taxus. Aunque también tiene varios efectos secundarios, de todo lo oncológico, es lo más leve.

Acudo a todas mis consultas, sigo haciendo fotografía, muñecos personalizados y he sumado a mis actividades llevar la red de acompañamiento Jódete Cáncer en Instagram; solo le dejo unos segundos al fantasma del cáncer.

¿Qué consejo le darías a alguien que acaba de ser diagnosticada?
Le diría que cáncer no es sinónimo de muerte. El camino no es recto y posiblemente vas a llorar, enfurecer y también te pondrás triste, pero en el camino irás haciendo las pases. Respira profundo, ésta es una oportunidad para salir más fuerte, vas a estar bien, confía.

¿Qué consejo le darías hoy a tu yo de 16 años? 
Eres inteligente y hermosa, no desperdicies tu poder en superficialidades. Te amo.

¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado?
Las pérdidas: la de mi padre por un cáncer que empezó en la pleura hasta hacer metástasis en los bronquios. Mi padre falleció a la semana de saber su diagnóstico. Yo tenía 12 años y mi padre 55.

Cuando perdí el movimiento por unos meses por un problema de columna, fueron días de mucho dolor físico y de enojo, tenía 30 años. Este episodio giró mi vida 180 grados. Después de la cirugía decidí ser freelancer y dejar a un lado trabajos de oficina que no me gustaban.

Y la más reciente a los 36 años, al enfrentar el cáncer de mama y la pérdida de mis dos chichis. Es fuerte. Cuando reflexiono acerca de que una parte de mi cuerpo se ha muerto, me gusta pensar que su energía trasmutó en valentía y desde entonces me alimento todos los días de esa energía creadora.

¿Cuándo te ríes más?
Diario, mis perras son muy ocurrentes, siempre me hacen reír. Tengo un humor negro, así que a veces en las “tragedias” veo un rayito de luz que permite reírse de ellas sin quitarles su importancia, pero aligerando el peso. Soy de las personas que se ríen solas con sus pensamientos. Mi madre diría que son las maldades de las que me acuerdo.

Si pudieras retroceder el tiempo a un momento en particular, ¿cuál sería? 
Cuando era niña e íbamos a rentar películas con mamá y papá para verlas juntos. Lo hacíamos todos los domingos de manera religiosa. Era comprar algo rico de comer y rentar cinco películas que veíamos todos acostados en la sala. Estábamos juntos y éramos felices juntos.

Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a dónde irías y por qué? 
A los años sesenta y setenta para experimentar la libertad y el poder del “amor y paz”, ja, ja, ja. Me imagino siendo parte del despertar sexual de las mujeres, quemando sostenes e iniciando la libertad de decidir sobre mi cuerpo.